La planta de equinácea, originaria de América del Norte, puede alcanzar entre 1 y 2 metros de altura y tiene un periodo de floración muy extenso que abarca desde principios de verano hasta que entra el frío ya avanzado el otoño.
Una de las principales curiosidades que nos encontramos al investigar sobre esta planta es que los indios norteamericanos la consideraban sagrada por sus propiedades medicinales para aliviar resfriados o infecciones provocadas por las heridas de las flechas.
De hecho, las propiedades de esta planta no pasaron desapercibidas para los colonos que conquistaron el Oeste y la equinácea llegó a ser el remedio natural más vendido en Estados Unidos entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX.