Creando tu propia mantequilla infusionada: sabor y aroma en cada bocado

Si creías que la mantequilla solo servía para untar el pan, prepárate para descubrir una experiencia gastronómica completamente nueva.

Hoy te invitamos a experimentar con la mantequilla infusionada, una propuesta innovadora y deliciosa que dará a tus platos un toque aromático y sofisticado. Una infusión, hierbas o especias, y voilà: un ingrediente simple se convierte en una experiencia sensorial única. ¿Transformamos lo cotidiano en extraordinario? ¡Vamos allá!

 

Ingredientes

Todo lo necesario para preparar la receta

(Para 1 ración)


 
Tu infusión Pompadour favorita (recomendamos té negro, rooibos vainilla o jengibre y limón - 1 bolsita
 
Opcional: una pizca de sal, miel o hierbas frescas para potenciar el sabor

 

Preparación paso a paso de la receta de mantequilla infusionada

 

1. Infusiona el sabor 

Coloca la bolsita de infusión en un recipiente pequeño con las dos cucharadas de agua caliente. Déjala reposar durante 5 minutos para que los aromas se concentren bien. 

2. Funde la mantequilla

En una cacerola a fuego bajo, derrite suavemente la mantequilla sin que llegue a hervir. Una vez líquida, añade la infusión y remueve bien.

3. Deja reposar y cuela

Retira del fuego y deja que la mezcla repose durante 10 minutos para intensificar el sabor. Luego, pásala por un colador fino para eliminar residuos de la infusión.

4. Moldea y enfría

Vierte la mantequilla infusionada en un molde o envuélvela en papel de hornear formando un cilindro. Refrigera al menos 2 horas o hasta que esté firme.

Cómo disfrutarla


Unta esta mantequilla infusionada en una tostada crujiente para un desayuno lleno de matices, mézclala con pasta caliente para un toque gourmet o incluso pruébala en galletas para una sorpresa dulce.

Lo fascinante de esta receta es la posibilidad de personalizarla según tu estado de ánimo o el momento del día: un toque cítrico y revitalizante con jengibre y limón para comenzar la mañana, o una versión dulce y especiada con rooibos y vainilla para acompañar la merienda.

Más que un simple condimento, esta mantequilla infusionada es una experiencia sensorial. Un recordatorio de que cada bocado puede ser una pausa de disfrute, un momento de creatividad y placer. ¿Te animas a probarla?


Si te ha gustado este artículo, también te recomendamos: